Hace poco hemos dado paso al mes de mayo. Este mes es especial para muchos fieles alrededor del mundo, ya que está dedicado de manera especial a honrar a la Virgen MarÃa. Pero, ¿por qué mayo se considera el mes mariano? ¿que celebramos en este mes? Continua leyendo y lo descubrirás. |
Se cree que esta tradición comenzó en la antigua Grecia, donde mayo estaba consagrado a Artemisa, la diosa de la fecundidad, y en la antigua Roma, donde se honraba a Flora, la diosa de la vegetación. En la Edad Media, estas celebraciones coincidÃan con la llegada del buen tiempo y el fin del invierno, alcanzando su punto máximo el 1 de mayo.
Paralelamente, alrededor del siglo XI se comenzó. practicar el Tricesimum o “La devoción de treinta dÃas a MarÃa”, que se llevaba a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre. Sin embargo, la idea de dedicar todo un mes a MarÃa surgió en el perÃodo barroco, en el siglo XVII. Aunque inicialmente no siempre se celebraba en mayo, el mes de MarÃa consistÃa en treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Madre de Dios.
Fue más adelante, en el siglo XIX cuando se comenzó a celebrar el mes de MarÃa en el mes de mayo, fusionando las tradiciones antiguas.
Las formas en que MarÃa es honrada en mayo son diversas y van desde rezos diarios del Rosario hasta la creación de altares especiales con estatuas o imágenes de MarÃa. Una tradición destacada es la Coronación de Mayo, donde se coloca una corona de flores sobre la estatua de MarÃa, recordando a los fieles la belleza y virtud de la Virgen y animándolos a imitar sus virtudes. Esta práctica, que a menudo se lleva a cabo fuera de la Misa, no se limita solo a las parroquias, sino que también se puede realizar en los hogares como una forma de participación en la vida de la Iglesia. ¡Os animamos a que este mes redescubráis la belleza de rezar el Rosario!
Una de las festividades más destacadas durante el mes de mayo es la memoria de Nuestra Señora de Fátima, que justo se celebra mañana dÃa 13 de mayo. Justo ese dÃa, en el año 1917, tres pequeños pastores portugueses del pueblo de Fátima (LucÃa, Francisco y Jacinta) recibieron varios mensajes de la Virgen MarÃa.
A continuación os dejamos una pequeña historia que cuenta LucÃa, una de las pastoras:
Después de la aparición, el Administrador del Ayuntamiento apresó y llevó a Vila Nova de Ourem a los pastorcitos con la intención de obligarlas a revelar el secreto que les habÃa dicho la Virgen que sólo podrÃan desvelar al Papa. Los tuvo presos en la Administración y en el calabozo municipal.
Les ofreció los más valiosos regalos si descubrÃan el secreto. Los pequeños videntes respondieron: – No lo decimos ni aunque nos den el mundo entero. Los encerró en el calabozo. Los otros presos que estaban en el calabozo les aconsejaron: – Pero decid al administrador ese secreto ¿qué os importa que esa Señora no quiera? – ¡Eso no -respondió Jacinta-, prefiero morir antes que no hacer lo que nos ha dicho la Virgen! Y los tres niños rezaron con los otros presos el rosario, delante de una medalla de Jacinta colgada de la pared. El administrador, para atemorizarlos, mandó preparar una caldera de aceite hirviendo, en la cual amenazó asar a los pastorcitos si no hacÃan lo que les mandaba. Ellos, aunque pensaban que la cosa iba en serio, permanecieron firmes sin revelar nada. |
Ni siquiera en esas circunstancias dejaron de rezar el rosario porque la Virgen se lo ha pedido, y saben que le gusta. Ojalá tú tampoco dejes de dar ese gusto a tu Madre: dile que este mes tratarás de regalarte el rezar, al menos, un misterio del Rosario (un Padrenuestro, diez AvemarÃas y un Gloria). Es muy fácil… y ¡cómo le gusta!
La dedicación del mes de mayo a MarÃa no se basa únicamente en la tradición de la Iglesia o en las gracias especiales que se pueden obtener, sino en el profundo amor y cuidado maternal que MarÃa tiene por todos nosotros, sus hijos. Por esta razón, dedicarle todo un mes es una manera de expresar nuestro reconocimiento y gratitud hacia ella como nuestra Madre celestial.
Oh MarÃa,
tú resplandeces siempre en nuestro camino 
como un signo de salvación y esperanza.
A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,
que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,
manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del pueblo romano,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que lo concederás
para que, como en Caná de Galilea,
vuelvan la alegrÃa y la fiesta
después de esta prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y hacer lo que Jesús nos dirá,
Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sà mismo
y se cargó de nuestros dolores
para guiarnos a través de la cruz,
a la alegrÃa de la resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, 
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, 
antes bien lÃbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
¡Feliz Mes de Mayo, bajo el Amor y Protección de MarÃa! 🌹